El calao Florentino
En el interior de la barrica está el vino, y aquí, en este Calao-Cueva-Capilla, en forma de gran cuba deconstruida, está su historia.
La estructura diseña en arcos es un homenaje a los tres Monasterios cercanos a la Bodega donde se insertan la vida y la historia de los perosnajes más relevantes del entorno, la importancia de las lenguas y la elaboración del vino.
Alberto Palomera
Cordovín, octubre 2018
El calao
El espacio donde está pintado el mural es un Calao riojano de grandes dimensiones que por gracia de la pintura se convierte en un scriptorium rodeado de arcos a modo de Claustro que habla de la historia del entorno y el trabajo del vino. El relato se cuenta en pictogramas enmarcados en arcos con la estética de los Manuscritos Iluminados medievales.
Está pintado sobre un soporte cuya textura nos remite a la Cuba, a las duelas y cellos que en este mural son campos de estrellas de la bóveda celeste que acompañan al peregrino en su camino a Santiago, muy próximo a esta Bodega.
El relato
En el arco de la puerta de acceso está representado el origen, el Paraíso transfigurado en la letra Alfa. Ya en el interior el ángel nos anuncia el alumbramiento del mural y nos guía en la visita. En el lado izquierdo están los personajes que se dedican a la elaboración del vino. Y en el lado derecho están los pictogramas que cuentan las historias de los personajes más relevantes del entorno cercano.
Al fondo de la bóveda, a un lado está la biblioteca del conocimiento y al otro la biblioteca monástica, mostrando los dos mundos en los que se mueve el hombre, el pagano y el religioso.
Hay dos puertas del fondo de este Calao. Una representa al ángel protector, el ángel de la guarda, que es un espacio para interactuar con el público, algo que le gusta mucho al autor; y la otra puerta es la salida con la letra Omega que representa el fin, que en Palomera equivale al principio, porque en el arco está pintada la fórmula patafísica que demanda una nueva manera de estar en el mundo.
El mural
Para Palomera es fundamental el conocimiento, las lenguas y la ciencia para avanzar y progresar culturalmente, pero también entiende que hay una parte del hombre que mira a lo sagrado, la mística y lo intangible que le hace pensar y como la filosofía se hace eco de estas cuestiones. También la pintura de Palomera se hace preguntas constantemente y este mural es un reflejo de sus inquietudes.
Todo el Mural está pintado en base a insinuaciones que dan pistas de las historias pero no las revelan abiertamente para que el espectador tenga un lugar para participar, soñar y completar desde su experiencia e invitarle a investigar sobre lo representado.
La sintonía y la armonía son los pilares sobre los que ha querido sustentar la obra el artista Alberto Palomera, desde la composición y el diseño de volúmenes hasta los colores de pigmentos naturales en óxidos y ocres y tierras que remiten a un espacio intimo, de recogimiento y reflexión.
Diálogo poético con la técnica, el material, la acción y el gesto, que recorren el camino formal y estético de la pintura desde el dibujo, los arrepentimientos compositivos, los trazados, las aguadas, las grisallas y las masas de color para mostrar un mundo pintado por descubrir que será una experiencia plena si se observa con nuevos ojos, con la mirada de quien ve por primera vez un mundo recién estrenado.
El mural está siempre inconcluso, está abierto a la experiencia de la contemplación, que será algo gratificante si exploramos sin prisa. Todos nosotros vemos con la memoria y es el espectador quien completa la obra.
Este Mural es una obra abierta que solo estará concluida con la experiencia de cada visitante. Una Obra de Arte no tiene su sentido sin la complicidad del espectador que la completa con su experiencia y su memoria. Más allá de la apariencia de la pintura mural está la memoria del contemplador que la hace suya. Ya nos lo dijo Aristóteles hace mucho tiempo: “La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia”
Para Alberto Palomera esta cita de Aristóteles es un Mantra que le sirve para crear obras en las que incluye enigmas y misterios que el público debe descubrir. Elementos e historias que están tras la apariencia.
Esta pintura Mural está realizada en la técnica de la aguada silicato al seco con pigmentos naturales de diferentes óxidos de hierro, limonitas, hematítas y tierras. Formalmente está pintada con diferentes acabados pictóricos dejando las marcas de trazado, los arrepentimientos, los dibujos, grisallas y aguadas para que se pueda apreciar todo el proceso, dejando la obra abierta, fresca y siempre primaveral para que el espectador la pueda disfrutar como recién estrenada. En este caso siempre recién pintada. La cercanía del Camino de Santiago a esta Bodega, permite ilustrar este mural con imágenes que remiten al camino, el sol y las estrellas como guías del peregrino.
Alberto Palomera
Cordovín, octubre 2018
El Calao de Florentino Martínez
Vídeo de Alberto Palomera explicando el sentido y significado de su obra en el Calao de Bodegas Florentino Martínez.
La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia
Aristóteles